Las características que presentan los distintos litotipos son el reflejo de su composición maceral. Cada litotipo está formado por determinadas asociaciones de macerales que le confieren unas características propias.
El dureno procede de la acumulación de macerales en una zona subacuática. Son frecentes los macerales de los grupos liptinita e inertinita. La presencia de esporinitas y macrinitas son frecuentes en el litotipo dureno. Debido al origen de este carbón, también es común la acumulación de arcilla junto a estos macerales, por la decantación de las partículas en suspensión que existen en las grandes lagunas y/o lagos.
El dureno está compuesto, principalmente, por los microlitotipos durita y trimacerita, y a veces también por clarita rica en liptinita (Taylor et al., 1998).

Esta probeta pulida presenta una banda de varios milímetros de DURENO en la parte superior y otra más fina en la inferior. Este litotipo es el que más arcilla contiene y por eso, con la luz reflejada, se observan más zonas oscuras. El contenido en arcilla también es el motivo por el que su brillo es más mate y por el que su densidad es mayor.