El suelo está constituido por tres fases, sólida, líquida y gaseosa. La fase sólida, a su vez, está constituida por una fracción mineral y otra orgánica, la primera se relaciona íntimamente con el sustrato geológico a partil del cual desarrolla el suelo, mientras que la fracción orgánica depende cualitativa y cuantitativamente de varios factores:
• Vegetación: condiciona la cantidad de necromasa aportada anualmente al suelo, así como sus características químicas.
• Clima: está relacionado con el tipo y la exuberancia de la vegetación que soporta un suelo.
• Organismos del suelo: la actividad biológica de los organismos del suelo que influyen en los procesos de degradación, humificación y mineralización de la materia orgánica, así como en la interacción entre la fracción mineral y orgánica.
• Drenaje: un déficit de drenaje del suelo puede dar lugar a suelos mal aireados, que sumado a la presencia de niveles freáticos superficiales, resulta en un medio deficitario en oxígeno, que limita la actividad biológica aeróbica lo que ralentiza significativamente los procesos de alteración de los restos orgánicos aportados al suelos, provocando una acumulación de materia orgánica poco transformada.
• Textura y estructura del suelo: influyen en las condiciones de fertilidad física del suelo condicionando la vegetación que puede desarrollarse sobre él.
La materia orgánica del suelo tiene su origen en plantas, restos animales, y organismos del suelo. Está constituida por la materia orgánica fresca o necromasa (formada por biomasa vegetal muerta mayoritariamente, y biomasa microbiana y microfauna). La transformación de esta materia orgánica en sustancias húmicas se realiza mediante procesos bioquímicos y abióticos resultando en una mezcla de biomoléculas heredadas reconocibles químicamente, y de sustancias humificadas, de composición química no definida. Esta evolución de la materia orgánica está condicionada por varios factores: naturaleza del materia vegetal, clima, relieve, propiedades de suelo (textura, pH, Eh,…), etc. Las condiciones de redox del medio son cruciales, así en ambientes reductores, saturados en agua, se ralentiza la degradacion de los restos vegetales dando lugar a una acumulación importante de material orgánica, como sucede en las turberas.